jueves, 24 de mayo de 2012

Silva puso a Boca en semis en el último minuto (1-1)

Santiago Silva clasificó a Boca a semifinales de la Copa Libertadores con un gol en el último minuto, que sirvió para el 1-1 ante Fluminense.

Loco por el gol. Silva lo empató en la última jugada del partido.
Gol y semifinal. El uruguayo Silva recibe el abrazo de Pablo Mouche.
Las dos caras. Boca festeja y Fluminense sufre la eliminación.
Loco por el gol. Silva lo empató en la última jugada del partido.
Gol y semifinal. El uruguayo Silva recibe el abrazo de Pablo Mouche.
Un pase fantástico de Juan Román Riquelme, de auténtico genio, dejó a Diego Rivero solo ante el portero del Fluminense y 'el Tanque' Silva hizo el gol tras un rechace del arquero, para poner a Boca en las semifinales y cobrar la revancha del 2008, cuando los brasileños privaron a los 'xeneizes' de la final.
Fluminense había llevado la voz cantante todo el partido, monopolizó el juego y se puso en ventaja en el minuto 16 con un tiro libre de Thiago Carleto, pero el conjunto carioca no supo traducir su monólogo en ocasiones de gol, y cayó eliminado por el 1-0 de la ida, jugada la semana pasada en la Bombonera.
El partido comenzó muy equilibrado, con una dura disputa palmo a palmo en la zona ancha, aunque ninguno de los dos equipos mostró demasiada vocación ofensiva o capacidad para acercarse al área rival. El lateral izquierdo Thiago Carleto, suplente habitual y hoy titular por la expulsión de Carlinhos, fue el encargado de romper las tablas a los 16 minutos con un potente tiro que, pegó en alguien de la barrera, cobró un efecto extraño y despistó al guardameta Agustín Orion.
El conjunto de Tité se envalentonó a partir del gol y se adueñó del control del balón, aunque Boca consiguió mantener a raya a los brasileños, que solo consiguieron tirar a puerta un par de veces más en el resto de la primera parte. La consigna para el conjunto 'xeneize' era clara: en esos momentos se conformaba con la derrota por un gol que habría conducido a los penaltis, por lo que los jugadores argentinos, cuando tenían el balón, se limitaban a alargar las posesiones con lentos intercambios de pases en la zona de defensa.
Tras el descanso el Boca seguía perdido, sin capacidad de salir de su media cancha, sin poder encontrar a Juan Román Riquelme y con problemas crecientes para contener al 'Flu', que se aproximaba poco a poco, en ocasiones puntuales, casi siempre en jugadas en diagonal desde las bandas, aunque sin prodigarse en los remates a puerta.
En los momentos de mayor acoso brasileño, a diez minutos del final, Orión despejó un buen tiro de Thiago Neves y, a continuación, Rafael Moura falló en el remate y perdió una ocasión única cuando estaba a dos metros de la portería.
Cuando el partido parecía abocado a los penales, Riquelme tuvo un momento de genialidad, encontró a Sánchez Miño con un pase largo y este remató por abajo. El guardameta Diego Cavallieri despejó y Silva aprovechó la oportunidad para elevar al Boca Juniors al cielo.

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